Retrato

 


En su abecedario Deleuze habla de la amistad como una cuestión percepción, dice que es tener un lenguaje en común. Describe algo muy gracioso, dice algo así como: hay personas a las que no le entendemos nada, incluso las cosas más sencillas. La amistad no es tener ideas en común sino entender, tener algo para decirse.


 Lua es mi amiga desde muy pequeñas y aún así creo que seguimos teniendo algo para decirnos porque hubo un devenir, aunque ese lenguaje, esa percepción de que algo sucede, se sostuvo como un hilo quebradizo. 

Hace unos meses se mudó sola en el medio de este tiempo extraño y tuvo que empezar a 'recolectar ' las nuevas cosas que formarían parte de la materialidad de su casa, nuevos botiquines de existencia, puntos de orientación. A veces se siente un poco nómade porque no todos los días tiene ganas de estar en su casa y entonces se mueve por distintos lugares. Tenía ganas de retratarla a ella en la ambigüedad de ese lugar que está intentando componer. Me acuerdo del primer día que fui, estaba todo muy impecable, el mantel recién comprado, todo acomodado y ella estaba muy triste. Ahora está todo más usado.

A Lua la retrato desde que tenemos 11 años pero hace algunos años huimos de la práctica. Me daba curiosidad el momento de volver a esos lugares de retratistx y retratadx. Llevé la cámara a su casa y no la saqué hasta antes de irme. A veces nuestros encuentros son muy frágiles, en el sentido de que tener un lenguaje en común posibilita también salirse de ciertos sostenes ya dados de antemano en las conversaciones. Inauguramos nuevos sentidos pero justamente porque se inventan en el (entre), son frágiles. Por eso intenté que la práctica del retrato sostenga algo de eso. No hubo una puesta de luz sino que prendimos todos sus veladores (no hay otra luz en su casa) y rastreamos todos esos lugares donde están sus recortes. Mis retratos fueron un recorte de sus recortes. 

Algunas otras cosas que pasaron: